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Preguntas frecuentes
Obtén respuestas completas a las preguntas más frecuentes sobre los estudios clínicos y las fases de investigación.
Preguntas generales
Un estudio clínico es una investigación diseñada para evaluar la seguridad y eficacia de intervenciones médicas en participantes humanos. La investigación clínica tiene por objeto
- Desarrollar nuevos enfoques terapéuticos para enfermedades y afecciones médicas
- Optimizar las metodologías de tratamiento existentes
- Avanzar en la comprensión de las enfermedades y mejorar la capacidad de diagnóstico
Los estudios clínicos se utilizan para desarrollar compuestos farmacéuticos, intervenciones no farmacológicas, dispositivos médicos y herramientas de diagnóstico. La investigación clínica sigue una progresión sistemática a través de múltiples fases. Tras el éxito de los estudios no clínicos realizados en entornos de laboratorio y modelos animales, comienzan los estudios en humanos con voluntarios sanos y/o pacientes.
Los estudios clínicos abordan cuestiones fundamentales de la investigación:
- Seguridad y eficacia: ¿Es seguro y eficaz el tratamiento en investigación para su indicación terapéutica prevista?
- Eficacia comparativa: ¿Cómo se compara la intervención experimental con la atención sanitaria estándar actual?
- Perfil de riesgos y beneficios: ¿Cuál es el índice terapéutico y qué acontecimientos adversos pueden producirse?
Los principales beneficios para los participantes en el estudio incluyen:
- Acceso a terapias de investigación innovadoras aún no disponibles comercialmente
- Potencial de resultados terapéuticos superiores en comparación con la atención estándar
- Seguimiento médico exhaustivo por equipos de investigación cualificados que siguen protocolos rigurosos
- Contribución al conocimiento médico que pueda beneficiar a futuros pacientes
- Mejor comprensión de los estados de salud individuales mediante evaluaciones clínicas detalladas
Los principales riesgos para los participantes en el estudio son
- Los tratamientos en investigación pueden no demostrar una eficacia superior en comparación con las terapias existentes
- Potencial de acontecimientos adversos que van de leves y transitorios a graves y potencialmente mortales
- Efectos adversos retardados que pueden afectar a sistemas de órganos vitales
- Modificaciones del estilo de vida exigidas por el protocolo y requisitos de visita
- Posible aleatorización a placebo o brazo de tratamiento menos preferido
Un estudio clínico es un proceso sistemático de evaluación por fases diseñado para determinar los regímenes de dosificación óptimos y caracterizar el perfil de seguridad de los tratamientos en investigación. Una vez completadas con éxito todas las fases clínicas y demostrados los perfiles favorables de eficacia y seguridad, las agencias reguladoras como la FDA, la EMA u otras autoridades nacionales pueden conceder la autorización de comercialización.
La vigilancia posterior a la comercialización continúa indefinidamente para controlar la seguridad y la eficacia a largo plazo en entornos de práctica clínica real.
La participación en un estudio clínico no suele suponer costes directos para los participantes. Los tratamientos, procedimientos, evaluaciones de laboratorio y atención médica relacionados con el estudio suelen ser gratuitos para el patrocinador del estudio.
Muchas instituciones ofrecen compensación por el tiempo, los gastos de viaje y otros costes relacionados con el estudio. Sin embargo, la atención médica rutinaria no relacionada con el protocolo del estudio puede no estar cubierta y debe aclararse durante el proceso de consentimiento informado.
La participación en el estudio clínico es totalmente voluntaria. Los participantes conservan el derecho incondicional a retirarse del estudio en cualquier momento, por cualquier motivo, sin penalización ni compromiso para la atención médica futura.
Es esencial informar al equipo de investigación de las decisiones de retirada para garantizar un seguimiento médico adecuado y una transición segura de la asistencia. El equipo de investigación discutirá cualquier control de seguridad necesario tras la interrupción del estudio.
La privacidad de los pacientes y la confidencialidad de los datos se protegen rigurosamente mediante marcos normativos estrictos, como la HIPAA, el GDPR y las directrices de Buenas Prácticas Clínicas. La información sanitaria personal se mantiene confidencialmente utilizando identificadores codificados en lugar de identificadores personales en los registros del estudio.
El acceso a la información médica está estrictamente limitado al personal autorizado del estudio, las autoridades reguladoras y las juntas de revisión institucional. Toda publicación o presentación de los resultados del estudio emplea datos agregados que impiden la identificación individual de los participantes.
Fases del estudio clínico
La fase preclínica abarca los estudios no clínicos realizados en modelos de laboratorio y animales. Estas investigaciones evalúan las propiedades fisicoquímicas, la actividad farmacológica y el perfil toxicológico de entidades moleculares o fármacos candidatos prometedores.
Las evaluaciones iniciales utilizan metodologías in vitro que emplean sistemas de cultivo celular y ensayos bioquímicos. Posteriormente, los estudios in vivo en modelos animales adecuados evalúan la farmacocinética, la farmacodinámica, la toxicología y el potencial de carcinogenicidad.
Para pasar a los estudios en humanos es necesario demostrar unos márgenes de seguridad y un potencial terapéutico adecuados en modelos preclínicos, lo que suele requerir varios años de evaluación no clínica exhaustiva.
Los estudios de fase I representan la primera administración de agentes de investigación en seres humanos, lo que se suele denominar estudios “First-in-Human” (FIH).
Las poblaciones de estudio suelen estar formadas por voluntarios sanos para la mayoría de las indicaciones terapéuticas, aunque pueden inscribirse poblaciones de pacientes para oncología u otras afecciones graves en las que los estudios con voluntarios sanos son éticamente inapropiados. La inscripción suele limitarse a 20-100 participantes.
Objetivos primarios:
- Establecer la dosis máxima tolerada (DMT) y las toxicidades limitantes de la dosis (DLT)
- Caracterizar el perfil de seguridad y tolerabilidad
- Determinar los parámetros farmacocinéticos, incluyendo la absorción, distribución, metabolismo y eliminación (ADME)
- Evaluar los efectos farmacodinámicos y las respuestas de los biomarcadores
- Evaluar las interacciones medicamentosas y los efectos alimentarios
- Establecer la vía óptima de administración y la pauta de dosificación
Los estudios de fase I suelen emplear diseños de escalado de dosis y pueden durar hasta un año. Si se completan con éxito, se puede pasar a la fase II si se cumplen los criterios de seguridad y farmacocinéticos predefinidos.
Los estudios de fase II son investigaciones terapéuticas exploratorias que evalúan agentes en investigación en poblaciones de pacientes diana afectados por la indicación prevista.
La inscripción suele oscilar entre 100 y 500 participantes seleccionados según estrictos criterios de inclusión y exclusión para garantizar la homogeneidad de la población y la interpretabilidad de los resultados.
Objetivos primarios:
- Evaluar las señales preliminares de eficacia y la actividad clínica
- Caracterizar mejor el perfil de seguridad en la población diana
- Optimizar la selección de la dosis y el calendario de administración
- Identificar biomarcadores predictivos de la respuesta terapéutica o la toxicidad
- Afinar los criterios de selección de pacientes para los estudios de fase III
Los estudios de fase II emplean diseños de prueba de concepto que comparan los tratamientos en investigación con placebo o controles activos mediante metodologías aleatorias y controladas. Los estudios de rango de dosis pueden evaluar múltiples niveles de dosis para establecer la dosis terapéutica óptima.
Los estudios de fase II pueden durar varios años. El avance a la fase III requiere la demostración de señales de eficacia clínicamente significativas con perfiles de seguridad aceptables que cumplan criterios de éxito predeterminados.
Los estudios de fase III son estudios confirmatorios, pivotales, diseñados para aportar pruebas definitivas de la eficacia terapéutica y la seguridad en comparación con el tratamiento estándar actual o los controles activos establecidos.
Estos estudios multicéntricos a gran escala suelen inscribir de 1.000 a 3.000 participantes en múltiples regiones geográficas para garantizar una amplia generalizabilidad y detectar efectos del tratamiento clínicamente relevantes.
Objetivos primarios:
- Demostrar una eficacia estadísticamente significativa y clínicamente significativa
- Caracterizar exhaustivamente el perfil de seguridad en diversas poblaciones
- Comparar la eficacia y la seguridad con el tratamiento estándar actual
- Generar datos sólidos para respaldar las presentaciones reglamentarias
- Evaluar la calidad de vida y las medidas de resultados comunicadas por los pacientes (PROM)
Los estudios de fase III emplean diseños aleatorizados, controlados y doble ciego cuando es factible, y representan el patrón oro para la generación de pruebas clínicas. Estos estudios proporcionan los datos más sólidos sobre los perfiles terapéuticos de beneficio-riesgo.
Los estudios de fase III suelen tardar entre 1 y 4 años en completarse. Los resultados satisfactorios constituyen la base probatoria de las Solicitudes de Nuevos Fármacos (NDA) o las Solicitudes de Licencia Biológica (BLA) presentadas a las autoridades reguladoras.
Los estudios de fase IV, comúnmente designados como estudios de vigilancia postcomercialización o programas de farmacovigilancia, se llevan a cabo tras la aprobación reglamentaria y la disponibilidad comercial de los productos terapéuticos.
Estos estudios de pruebas reales pueden implicar a miles de participantes controlados durante periodos prolongados para evaluar la seguridad y la eficacia a largo plazo en la práctica clínica habitual.
Objetivos primarios:
- Detectar acontecimientos adversos raros y señales de seguridad a largo plazo
- Controlar la eficacia en poblaciones de pacientes más amplias y heterogéneas
- Identificar las interacciones y contraindicaciones de los fármacos en contextos reales
- Evaluar los patrones de utilización y la adherencia en la práctica clínica
- Evaluar la eficacia comparativa frente a terapias emergentes
- Apoyar las Estrategias de Evaluación y Mitigación de Riesgos (REMS)
Los estudios de fase IV son esenciales para la vigilancia continua de la seguridad y pueden emplear registros de pacientes, historiales médicos electrónicos y bases de datos de reclamaciones. Estos estudios pueden conducir a modificaciones del etiquetado, advertencias de seguridad adicionales o, en raras circunstancias, a la retirada del mercado.
La vigilancia posterior a la comercialización continúa durante todo el ciclo de vida del producto, garantizando la continua favorabilidad beneficio-riesgo en entornos de práctica clínica del mundo real.